CAPÍTULO-1

Eran las 5:30, el autobús salía a las 7. Quedé con Lucía en la estación de autobuses.
Mientras tanto, estaba metiendo en la maleta las últimas cosas que necesitaba. Llevaba unos shorts, una camiseta obey y unas vans. Cerré la maleta como pude, porque estaba que rebosaba. Aún llevando toda esa ropa, seguía pensando que era poca para todo el verano.
Bajé la maleta abajo a la salita, y en la espalda llevaba una mochila con las cosas del colegio. Mis padres estaban en la puerta esperándome para despedirse. 

Mamá: Ten cuidado Shakira, espero que te sirva ese instituto para aplicarte más en los estudios.

Yo: Que si mamá... 

Mamá: ¿Lo llevas todo? 

Yo: Si, aunque creo que me voy a poner una gorra, hace una calor ahí fuera...

Mamá: Bueno, papá ya está en el coche esperándote para alargarte a la estación. Llámame todos los días y cuídate mucho.

Yo: Sí mamá, tequiero.

Mama: Y yo a ti.

Nos dimos un abrazo y un beso y me fui para el coche. Mi padre tenía el aire acondicionado puesto, porque hacía mucha calor. El camino se me hizo corto. Cuando llegamos, Lucía estaba sentada en un banco esperándome. Mi padre me ayudó con las maletas, me dijo que me cuidara y que pronto nos veriamos. Me dió un beso y se fue. Yo me acerqué a Lucía.

Yo: Holaa, vaya cara traes, alegrate mujer, ya es verano jajaja

Lucia: Si claro chula, pero en verano no pega estudiar, además mirate tú, que también tienes una cara...

Yo: Venga no seamos negativas...

Esperamos al autobús que llegó con un poco de retraso. Al fin lo vimos acercarse.

En el letrero de arriba ponía: 'Stop Sad School'.

Cuando entramos en el autobús, lo vimos tan vacío que el cuerpo se nos echó abajo. 

Lucía: Madre mia Shakira, vaya colegio tiene que ser... Pff ves, te lo dije, este verano va a ser una mierda...

Yo: La verdad que ver todo esto vacío no es de agrado... A saber a donde nos lleva...

El camino era largo, hasta la noche no llegaríamos, así que me puse a escuchar música y cogí una postura cómoda.

***

Nos tiramos viajando toda la noche. Me despertó el rayo de luz del amanecer. Lucía estaba aún dormida. Le pregunté al conductor que porque no habíamos llegado por la noche, como lo previsto. Él sonrío y me contestó: 
Conductor: Os dije que llegaríamos por la noche para que el camino no se os hiciera pesado.

Yo: Pero... ¿Y entonces cuándo vamos a llegar? Llevamos ya más de 12 horas de viaje.

Conductor: Ve despertando a tu amiguita, que dentro de 10 min estamos en vuestro destino.

Yo: ¡Ayy! Por fin, ya estoy cansada de estar aquí dentro, y encima sin hacer paradas ni nada...

Conductor: Anda no te quejes que el instituto te lo compensará.

Fui a despertar a Lucía que estaba al final del bus.

Yo: Lucía, despierta, estamos apunto de llegar al instituto.

Lucía: ¿Cuánto llevo dormida?

Yo: No sé, porque yo también llevo todo el viaje durmiendo. Anda espabilate que ya vamos a llegar.

Quité los cascos al móvil y mandé un whatsApp a mi madre diciéndole que estabamos llegando. Me guardé las cosas en los shorts, y me arreglé con la mano un poco el pelo. 

Entramos a un callejón fuera del pueblo, estaba un poco inquieta, porque el conductor no nos daba información explícita del lugar. Ya nos estabamos acercando según él. Paró el bus, y nos dijo:

Conductor: Ese es vuestro instituto, bajar al maletero a por las maletas y entrar para que os expliquen los recepcionistas lo demás. 

Lucía: Vale, gracias, nos vemos.

Yo: Hasta luego.

Bajamos a por las maletas y el autobús se fue. 

Lucía: Pff, tengo unas ganas de llorar.. Una impotencia por saber que hasta finales de verano no podré salir de aqui...

Yo: Sinceramente, las pintas de este instituto no me gustan nada... Parece pequeño y viejo... Ojalá se pase rápido el verano...

Nos dispusimos a entrar en el instituto, con un pésimo ánimo. Llegó la hora de enfrentarse a lo que hay dentro de él.